lunes, 13 de octubre de 2014

Hasta mañana, hoy me catasterizo.



Como me enseño mi padre, les mire a los ojos, y sendos, con miradas cuasi lascivas me miraron fijamente, su ambición solo era superada por la inmoralidad que podía discernir en aquella mirada, yo les rete, yo no aparte mi mirada… Yo, imbécil e incrédula quise gritar, pero no emití sonido alguno, quise correr pero mis los músculos no reaccionaban.
Ahora solo me queda llorar por la fragancia del recuerdo, en sus ínfimos aspectos y por el desacato de aquellas bestias, por la virtud desposeída. Ahora solo me queda saltar, dar un paso hacia mi redención, encomendarme al aire y llegar a constelación.
Hasta mañana.
-Salté-

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