sábado, 7 de diciembre de 2013

Principios básicos

    Y así me encontraba, en medio de una partida de ajedrez. Jugando sola, pero yo soy dos, es simple si gano vivo si pierdo muero, mis tácticas de ataque se contrarrestan con mis tácticas de defensa -gotas de sudor frio emergen de mi frente y se desprende al abismo como si fuesen lagrimas-.
    Le tocaba jugar a las negras:

   -Juro que yo no lo hice, yo no recuerdo nada joder... Yo le amaba y así sera por siempre -apreté mi puño- ayer cuando me entere empece a llorar, hasta ese momento nunca me había planteado mi vida sin el ¡Y ahora mírame! -grite- estoy sola, ¿Acaso sabes qué es eso?

    Y en ese momento empece a pensar de verdad, a plantearme todas mis posibilidades ¿Y si yo había hecho todo eso?, pero ¿Por qué? si yo le amaba... Volví al mundo real. Me quede un rato esperando su respuesta, pero el solo frunció el ceño, hizo ademan de levantarse y se fue.

    Las blancas jugaban; jaque -pensé-

    Setenta y siete movimientos de defensa y ninguno bueno, tenía que pensar rápido, él iba a volver y yo no sabía que hacer, ¿Cómo puedo defenderme cuando mi rey ya se ha muerto?... Puede que la reina tenga que empezar a tomar responsabilidades. La manilla de la puerta empezó a girar y me prepare. El hombre entro por la puerta y cuando se giró a cerrarla fui rápida al levantarme y empuñe su pistola, era la primera vez que tenía un arma de ese tipo entre las manos. entonces apoye el cañón en su sien y retrocedí siete pasos, ahora quien suplicaba era él ante la atónita mirada de todos los policías de ese cuartel.

    Pero como en una partida de ajedrez una reina sucumbe al perder a su rey, levante el arma; la puse contra el cuello mientras el cañón apuntaba a mi cabeza.

   -Jaque mate. -Apreté el gatillo-

martes, 24 de septiembre de 2013

Inviernos de fuego azul.

La lluvia sonaba, golpeaba el cemento
Los edificios, campos de ceniza desvanecida
El rocío cantaba, grisácea imagen de vida
Inviernos fríos, y más frio el sentimiento

Y la tormenta como vestido
Rayos amarillos
Llantos y sollozos
Por la muerte del ser querido
Rojos ríos a brocha
Y verdes antorchas
Iluminaban nuestro camino
 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lo siento, demasiados errores sobre mi.


       El picaporte giró lentamente, la puerta se deslizo sobre el viejo suelo chirriando, unos atenuados pasos dejaban una estela de polvo a su paso un hombre vagó por la decrépita casa hasta la entrada hacía el sótano. En la puerta se hallaba una nota, en ella con pulcra ortografía ponía:

Lo siento, nunca asumí mis responsabilidades.


     El pestillo de la puerta estaba echado por dentro y con una patada la puerta se fue abajo formando un terrible estruendo, allí en ese instante frente a la atónita mirada de un hombre, se encontraba él, un despojo de carne y huesos. Una mirada perdida que reflejaba drama, el cuello estaba roto y anudado al travesaño superior mediante a una soga. El cuerpo inerte se encontraba suspendido en el aire, pudriéndose. Gusanos salían de su piel y lo devoraban con saña varias moscas lo rodeaban y el hedor típico de un cadáver impregnaba el aire.

     Pero solo era un borracho, rectifico; un borracho y un cobarde. Que le jodan pensé, di media vuelta, cogí la botella de Jack Daniel's frente a la maquina de escribir, encendí un cigarro y me fui.